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La trascendencia del acto sexual: se trata de darse no de «prestarse»

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Explicar qué es el acto sexual a un chiquillo que pregunta es toda una experiencia por cómo se sorprende de que sea una cosa tan sencilla y tan mal enfocada entre sus amigos.

A veces saben bien poco porque han visto mucha más pornografía que demostraciones de amor entre hombre y mujer, es fácil dejarse llevar por la palabra sucia,  el chiste facilongo y la frase ingeniosa y falsa de quien presume de saberlo todo en su ignorancia supina. 

El amor no se encuentra en casas de mal vivir ni en páginas porno de internet.

Hablar de acto sexual es hablar de entrega de dos seres que se aman hasta darse completamente en cuerpo y alma. Es buscar la felicidad del otro en la suya propia, es  vivir cada día como una experiencia de reencuentro como personas, trascendiendo del enfoque meramente fisiológico.

El ser humano tiene un deseo de felicidad inscrito en el corazón, deseo que no llega a ver satisfecho nunca porque está hecho de infinito. 

Ese acto sexual es mucho más que sexo, es un acto de amor, es un encuentro entre dos personas que se aman, que establecen un dialogo corporal, buscando disfrutar, pasar un momento agradable, pero sobre todo buscando la felicidad del otro.

Somos seres hechos para la relación, para el encuentro, complementarios con el otro y mediante ese acto de amor  expresamos en plenitud nuestra entrega y  más aún, nos abrimos a la capacidad de transmitir una vida. Cuando  pienso que de ese acto de amor podemos y somos  co-creadores   con la obra creadora de Dios, ese acto me  merece toda veneración, todo  el respeto: es un acto sagrado por sí mismo.

Esa entrega  y expresión de amor se hace como un darse, no como un prestarse. Yo me doy a ti, yo no me presto a ti. Y al darme a ti me siento acogida/o  y a la vez percibo  lo que significa el regalo del otro.

Cierto que  en la unión sexual existe un deseo físico en su inicio, y eso es bueno ya que es un desear a la persona porque nos atrae, es el instinto que se despierta ante lo que pensamos que será un bien para nosotros.

Después vendrá el querer en el amar, que es pasar el instinto por  la razón para no buscar solo poseer  sino en buscar también el bien del otro.

El amor de conquista, a veces puro instinto desencadenado, mata el amor porque no respeta la libertad. El amor, también en sus manifestaciones sexuales, está hecho de placer en libertad.

Sin libertad nada es totalmente humano, todo queda reducido a ser del género animal.

Esa  expresión del amor tiene a su vez un lenguaje, podríamos llamarlo el lenguaje íntimo del cuerpo, que tiene sus propias palabras, tiene su gramática, en  las caricias, en  el tacto y es algo que vamos descubriendo desde el inicio y que lo vamos enriqueciendo, lo vamos haciendo pleno a lo largo de los años.

En los ambientes actuales entre gente joven se da el caso que una chica y un chico se atraen, empiezan a salir y todo se desarrolla entre cascos de moto, música a tope, escenas de cama, y vuelta al casco, música y más escenas. Quizá eligen vivir juntos, para separarse al poco tiempo… ¡Y a por otro! 

Ninguno se da cuenta de que no se conocen porque nunca  han hablado. El amor, base de la convivencia, nace de la primera atracción seguida de un conocerse y aceptarse. Después viene ese darse completamente y sólo el amor con buenos fundamentos puede ser para siempre.

Recuerda ver el video 👉🏼 La trascendencia del acto sexual l Web Familia – YouTube

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Salve, custodio del Redentor y esposo de la Virgen María.A ti Dios confió a su Hijo, en ti María depositó su confianza, contigo Cristo se forjó como hombre.
Oh, bienaventurado José, muéstrate padre también a nosotros y guíanos en el camino de la vida.
Concédenos gracia, misericordia y valentía, y defiéndenos de todo mal. Amén.
Salve, custodio del Redentor y esposo de la Virgen María.A ti Dios confió a su Hijo, en ti María depositó su confianza, contigo Cristo se forjó como hombre. Oh, bienaventurado José, muéstrate padre también a nosotros y guíanos en el camino de la vida.Concédenos gracia, misericordia y valentía, y defiéndenos de todo mal.
Amén.
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